La natación en aguas abiertas involucra aspectos muy diferentes a los que un nadador de alberca está acostumbrado. Aunque hablando estrictamente la natación en aguas abiertas fue primero que en albercas, ésta dejó de ser atractiva durante muchos años por las condiciones en las que se desarrolla, prefiriendo las albercas por su comodidad. Durante muchos años han existido eventos en aguas abiertas que son desconocidos para los mismos nadadores, quienes han reconocido esta área como parte de la natación por la comercialización de los maratones. Así durante los años 70, unos 6 u 8 maratones comprendían el circuito profesional, destacando los eventos en Canadá (Lago San Juan y Magog) Estados Unidos (Atlantic City), Italia (Capri Nápoles), Argentina (Santa Fe, Rosario Río Corunda), Egipto (Río Nilo, Canal de Suez) y algunas más. Estas competencias se hicieron atractivas porque fueron los primeros eventos donde un nadador recibía dinero por obtener buen lugar. Muchas pruebas llevan el nombre de maratón, sin embargo la FINA ha definido como competencias de aguas abiertas a todas aquellas que sean realizadas en ríos, lagos, mares, etc. Se le llama competencias de larga distancia a los eventos que son inferiores a 25 kilómetros y maratones a las superiores a 25 kilómetros. En la primera edición de los Juegos Olímpicos modernos 1896, la competición de natación se realizó en aguas abiertas. La primera competición de natación en los Juegos Olímpicos de aguas abiertas tuvo lugar en Pekín 2008 y se recorrió una distancia de 10km. Los campeonatos del mundo FINA son competiciones de 5, 10 y 25 kilómetros.